La necesidad de innovar frente a circunstancias excepcionales

2020-05-21 | admin

José Alejandro Ramírez Flores | Director General de la CANIEM

Desde la primera mitad del siglo pasado, Schumpeter planteaba, en su obra clásica Teoría del desenvolvimiento económico (1944), que los cambios en los productos o en los modos de producirlos constituían el motor fundamental de la transformación de la economía y, por ende, de la sociedad. A estos cambios los denominó innovación. La innovación es, por tanto, un fenómeno económico. La invención por sí misma no constituye innovación; es, de hecho, hasta que el resultado de la invención entra al mercado que se está dando una innovación.

Peter Drucker, en su libro La innovación y el empresario innovador, plantea siete fuentes básicas para la innovación: 1) lo inesperado, 2) la diferencia entre lo que es y lo que debería ser, 3) la necesidad de mejorar un proceso existente, 4) el desmoronamiento o los cambios de una estructura industrial o de mercado, 5) los cambios demográficos, 6) los cambios de percepción, modalidad y significado, y 7) los nuevos conocimientos, tanto científicos como no científicos.

Las actuales circunstancias reúnen más de una de las fuentes que menciona Drucker: nos enfrentamos a una situación inédita en cuanto a su alcance, una pandemia que ha impuesto un cambio de hábitos y, por tanto, de consumo, así como, en unas pocas semanas, un desmoronamiento de la estructura del mercado. La industria editorial se enfrenta a un cambio que no fue provocado por la tecnología en sí misma, aunque ésta desempeña un papel importante, es un cambio mucho más profundo, se trata de una modificación de la conducta social. La innovación se ha convertido, por tanto, en una necesidad no sólo de nuevos productos (el aspecto más visible de la innovación), ahora nos enfrentamos a la necesidad de nuevas estructuras empresariales, nuevos procesos y nuevas formas de comercializar tanto los productos recientes como los tradicionales.

En todas sus modalidades, la innovación es un fin permanente que estimula el desarrollo y la competitividad, y cuando pasa a la categoría de desarrollo tecnológico, también se transforma en medio tanto para el quehacer cotidiano como para sí misma. Esta circunstancia pone de relieve la característica dual de la innovación, de ser un fin y un medio.

La innovación se ha convertido en un ingrediente esencial en el desarrollo de cualquier sector empresarial y componente infaltable en la construcción de una de las aspiraciones sociales fundamentales: la prosperidad.

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