En Las aventuras de Sherlock Holmes, una serie de pistas permiten a éste y a su inseparable compañero, el Dr. Watson, ir develando el misterio en torno a extraños casos que incluyen robos, asesinatos y desapariciones. Arquetipo del detective por excelencia, Holmes es un genio a la hora de leer los indicios que conducirán a la captura del culpable. Saliéndonos de la ficción, algo similar ocurre con la tecnología. Para localizar un libro en el espacio virtual, nuestros equipos electrónicos (Holmes y Watson) realizan un sinfín de operaciones para resolver el “misterio”, es decir, para encontrar la publicación que estamos buscando, así como también otras que no precisamente deseábamos ubicar, pero que se relacionan con la anterior.